martes, 26 de abril de 2011

Historia

En la región siguió floreciendo industrias como las del añil, el cacao, el cardamomo y la caña de azúcar, creando grandes riquezas y permitiendo el desarrollo de otras industrias como la de los tejidos, cuyo auge duró hasta finales del siglo XVIII. Deseando crear relaciones comerciales con otras naciones, además de España, la burguesía criolla de aquella época decidió declarar su independencia, tanto política como económica, de la corona, el 15 de septiembre de 1821, aprovechando el caos político que se vivía en España. Como en la mayoría de los países iberoamericanos, la independencia de Guatemala fue un movimiento esencialmente elitista, que no supuso una mejora inmediata de las condiciones generales de vida del pueblo guatemalteco; antes bien, fue promovida fundamentalmente por la élite económica de la región para poder enriquecerse con los nuevos lazos comerciales que se esperaban adquirir, y no tanto por la separación política en sí.
Para el 5 de enero de 1822, a pesar de que el Acta de Independencia establecía la formación de un Congreso que decidiría la independencia general y absoluta,[5] el presidente de la Junta Provisional Consultiva, Gabino Gaínza, decretó la anexión de las provincias centroamericanas al Imperio Mexicano, que incluía a la Provincia de Guatemala, mediante acta que recabó la decisión mayoritaria de los ayuntamientos. La unión duró hasta la abdicación de Agustín de Iturbide en marzo de 1823.